La junta disciplinaria de la Liga del fútbol italiana ha castigado este miércoles con 10 partidos de suspensión a un jugador del club amateur Matera por dirigir insultos racistas hacia un rival, en una acción enmarcada dentro de las nuevas sanciones más duras adoptadas para luchar contra el racismo.
El suceso es un nuevo caso en un país con un serio problema con la discriminación en el fútbol, que no muestra signos de ser erradicada. El mes pasado, la Federación de Fútbol Italiana (FIGC) abrió una investigación sobre unos presuntos cánticos racistas de los aficionados del AC Milan que hicieron que su centrocampista Kevin Constant golpease un balón a la tribuna y saliese del terreno de juego en señal de protesta durante el partido, solo unos meses después de un incidente similar que también implica al Milan, con el centrocampista Kevin-Prince Boateng.
Tanto la FIFA como la UEFA se han comprometido a adoptar una postura más dura ante la discriminación y han aprobado recientemente nuevas medidas para luchar contra el racismo.
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