Lebron pone tierra de por medio para Miami ante Brooklyn y Portland recorta ante Spurs

Tras perder su primer partido en estos Playoffs, los Heat no querían perder el ritmo y los Nets querían enchufarse a la serie. Por ello, el partido comenzó muy trabado y con muchas discusiones, pero al final, la cabeza más centrada, la de LeBron James, fue la que se metió en el partido antes que nadie para guiar a sus Miami a dominar el primer cuarto. El alero anotó doce puntos para poner el 27-22.

En el segundo periodo, los Nets no tenían muchas facilidades para abrir el campo y conseguir buenos tiros, es por eso que intentaron forzar muchas faltas y 10 de sus 27 puntos vinieron desde la línea de personal. Deron Williams intentaba asegurar el juego de ataque, y se fue hasta los ocho puntos o buscaba buenas soluciones para Kirilenko. Aún así, el ser superior estaba enchufado y LeBron acabaría con 13 en este cuarto para irse hasta los 25 en solo una parte. Los de Spoelstra aguantaron el marcador al descanso y lo dejaron en 49-56.

El reto de James, aparte de ganar el partido, era superarse a sí mismo. Si en el primero anotó 12 y en el segundo 13, ahora, en este tercero, sumó 15 puntos más para alegrar el espectáculo del Barclays Center, en donde personajes de la talla de Jay-Z, Beyonce, Floyd Mayweather, Olivia Wilde o donde se reencontró el trío de He got game, con su director Spike Lee, el padre Denzel Washington o el hijo pródigo, ahora en las filas de Miami, Ray Allen, también conocido como Jesus Shuttleworth.

En este tercer cuarto, Joe Johnson fue el que tiró del carro para intentar seguir el ritmo. Su equipo acompañó a sus ocho puntos en ataque con un 50% en tiros de campo para, ahora sí, reducir la distancia en el marcador y poder dejarla en tan solo tres puntos a falta de tan solo doce minutos (76-79).

Los críticos podrían criticar a James porque en el último periodo se borra. Pues bien, ahora, "solo" metió nueve. Eso sí, con canastas bastante decisivas. El resto de jugadores, y de ambos equipos, no tuvo la muñeca fina y el porcentaje se redujo presa de los nervios. Al final, con dos tiros libres de Ray Allen se decantó el resultado para los de South Beach, que lo dejaron en 96-102 y consiguen el punto de partido, que podrían solventarlo en casa, en Miami, dentro de dos días.

Los Blazers sabían que para salvarse, el reto número uno y principal era parar al base francés Tony Parker, que había anotado 29 o más puntos en tres de sus últimos cuatro partidos. Él es el cerebro de los Spurs y había que anularle. De ello se encargó Damian Lillard, que lo contrarrestó con un buen ataque. De esta manera superan el primer bache y ni de lejos quieren oír la palabra "muerte", a pesar de que ningún equipo ha perdido una serie a siete partidos después de ir ganando 3-0.

Desde el primer cuarto comenzaron con el objetivo. Con un 60% en tiros de campo y con Aldridge, Matthews, Batum y Lillard muy enchufados, apostando por un juego de equipo donde todos aportan, empezaron a sacar las primeras diferencias (29-24).

No es fácil no dejar que los Spurs respondan en ningún momento y en el segundo cuarto, a pesar de que Portland siguió dominando el rebote, los texanos sacaron su mejor arma. Con un banquillo mucho más profundo pueden dar descanso a sus jugadores para que rindan mejor, por ello, y con un 11/18 en tiros de campo, recortaron la diferencia dejándola en dos puntos (50-48).

Tras el descanso Portland subió el ritmo, ya que aunque no tengan tanta profundidad sí que tienen menos años. Tanto Batum como las dos torres de Oregón estuvieron excelsos, y con una dirección fugaz y eléctrica de Lillard, ampliaron la diferencia en 15 puntos más, borrando cualquier oportunidad de los Spurs (85-68).

El último cuarto fue un mero trámite. Descanso para algunos jugadores importantes y momento de Will Barton para maquillar sus números. Los de San Antonio intentaron recortar la diferencia, pero era demasiado tarde y los Blazers salvan el primer punto de partido (103-92).