Al Madrid le basta media hora para golear al Granada y ampliar su racha de imbatibilidad

El Real Madrid alargó su sensacional momento al golear al Granada (5-0) en la fiesta de Cristiano Ronaldo, que brindó su cuarto Balón de Oro al Santiago Bernabéu, en un partido que tuvo un dominador claro y que permite a los merengues continuar, con puño de hierro, liderando la Liga Santander tras la jornada 17.

Los pupilos de Zidane no dieron tregua a un Granada que sigue penando en la parte baja de la tabla y desde bien pronto hincaron el diente a los andaluces. Isco, con dos goles, ejecutó el plan diseñado y los blancos acumulan 39 partidos sin perder, una cifra extraterrestre en la historia del fútbol moderno.

A cuatro partidos del récord absoluto de imbatibilidad, en manos de Antonio Conte y su Juventus (2010/2011) se queda un Real Madrid que no tuvo problemas para poner los galones encima de la mesa. Lejos queda el último susto en Liga ante el Deportivo, donde se necesitó del último minuto para dejar los puntos en casa.

Este sábado, el Real Madrid volvió a demostrar su voracidad, sus ganas por robar la pelota y la solidaridad que -tiempo atrás- tanto echaban de menos en Chamartín. Ante el Granada corrieron todos, presionaron todos y ganaron todos. Buena prueba de ello es que a la media hora el marcador ya reflejaba un 3-0 inapelable.

Isco inauguró la cuenta con un disparo potente tras un robo de Casemiro, el enésimo en su cuenta personal, y Benzema estableció el segundo después de que Modric sacase la escuadra y el cartabón. Pese a la buena jugada del croata, otro de los más destacados nuevamente, el francés marcó en clara posición de fuera de juego.

Instantes después del segundo calmante para los nazaríes, Cristiano correspondió al Bernabéu en el día de su fiesta. El luso, de cabeza, hizo bueno un excelente servicio de Marcelo, quien también estaba de celebración tras cumplir una década como jugador merengue. Con el 3-0 el partido no presentó historia y los de Lucas Alcaraz tampoco quisieron más batalla.

Situado en la línea del centro del campo, el equipo de Zidane contemporizó su fútbol antes del descanso, momento en que Isco firmó el 4-0 en otra jugada construida por Modric. A partir de ahí, el Madrid gestionó sus esfuerzos y desde el banquillo trataron de implicar al resto.

Coentrao relevó a Marcelo, Asensio hizo lo propio con Isco -algo tocado- y James volvió a escena tras sustituir a Kroos en el descanso. El colombiano, protagonista el pasado miércoles, volvió a serlo con varias buenas acciones, entre ellas, el saque de falta en el quinto gol de los madridistas, empujado por Casemiro a pocos metros


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