Llull, Tavares y Randolph lideran el triunfo de prestigio del Madrid

El Real Madrid se llevó (101-86) un duelo de gigantes ante Fenerbahce este jueves en la jornada 25 de la Euroliga, para dejar muy atado el Top 4 y por tanto el factor cancha de cara los playoffs, un partido grande que aprovecharon campeón y afición para mejorar la autoestima herida desde la Copa del Rey, de la mano de un Sergio Llull cada vez más recuperado para la causa.

El cuadro blanco llegó a zarandear al finalista el año pasado y aspirante al trono. El primer golpe fue en el segundo cuarto y el definitivo empezó en el tercero, donde Llull (17 puntos y 11 asistencias), Tavares y Randolph (21 puntos) devolvieron la sonrisa al Palacio. Con su 21-4, el líder turco lo seguirá siendo, mientras que con un 19-6 el Madrid tiene casi asegurada la tercera plaza, con un golpe en la mesa que vale más que el triunfo.

El gigante turco recuperó al mejor Madrid. El rival era el idóneo para que los blancos se sacudieran las sombras de la Copa, que todavía colean en los despachos aunque sin noticias, y dieran el paso al frente que exige un calendario que enfila su momento decisivo. Un ensayo de lo que puede ser otra final de Euroliga. El vigente campeón se desmelenó en el segundo cuarto, sacudiendo complejos que de inicio aún aprovechó el Fenerbahce.


El cuadro visitante saltó suelto de la mano de Sloukas, con acierto, enchufando todo, cogiendo rebotes (10-19). En el Madrid solo funcionaba Randolph, hasta un tiempo muerto de su técnico. Los blancos ayudaron a Tavares bajo su aro contra Vesely y dieron ese paso al frente con el que desconectaron a su rival. Llull sacó también su calidad y la rotación blanca entró con fuerza.

Facu y Ayón, dos de los más afectados en su juego desde la derrota copera ante el Barça, volvieron a rendir como solían, como lo hacía un Palacio caliente y animado. El base argentino desquició a los turcos, fuera de partido entre tiros fallados y pérdidas. El Madrid pasó a dominar el rebote y puso una marcha directa (45-35) que le costó frenar a los de Obradovic (52-45).

Tavares, con espinas también de la final de Copa sentado en el último cuarto, se bastó para intimidar el juego de pintura rival en una reanudación de acierto para Causeur (60-51). Le llegaba su momento a todo el Madrid, mientras Sloukas y Guduric trataban de abrir el paraguas al chaparrón que se avecinaba. Llull, el que menos se ha compadecido las últimas semanas, detonó el partido.

Los tapones del caboverdiano dieron el ritmo al ataque blanco con el que enchufó sus triples el 23 (71-56). El balear sigue dando pasos para estar al 100% en el momento clave, después de ver la pasada temporada desde el banquillo por lesión. Llull destrozó a los turcos y Laso le dejó disfrutando sobre el parqué 14 minutos seguidos en los que finiquitó el ensayo (84-65). Un aperitivo de lo que puede ser ya más serio en la Final Four de Vitoria. Obradovic tendrá también algo más que decir entonces.


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