Un solitario tanto de Muniain ante el Panathinaikos certifica la presencia del Athletic

El Athletic Club certificó este jueves su presencia en la fase de grupos de la Liga Europa después de imponerse por la mínima en San Mamés al Panathinaikos (1-0) en el encuentro de vuelta del play-off, donde un solitario tanto de Muniain en la primera parte fue suficiente para que el cuadro vasco doblegase y no diese pie a la sorpresa a un Panathinaikos que no impidió su cuarta participación europea seguida.

El conjunto de José Ángel Ziganda estará en el bombo del sorteo de la segunda competición continental, que se celebrará este viernes (13 horas) en el Forum Grimaldi de Mónaco, después de un segundo asalto en Bilbao que se puso pronto de cara, y en el que evitó cualquier susto de un Panathinaikos ante el que sufrió más de lo esperado en el Apostolos Nikolaidis en el compromiso que jugó hace exactamente una semana.

Después de conseguir una remontada agónica por 2-3 en el choque de ida en Atenas, resuelto gracias a seis minutos mágicos de los leones, el cuadro vasco saltó a San Mamés dispuesto a resolver la eliminatoria lo antes posible y despejar así cualquier atisbo de sorpresa ante el peligroso cuadro heleno. De esta forma, apenas tres minutos le hicieron falta a Iker Muniain para efectuar la primera llegada al área rival.

Al aviso inicial del escurridizo atacante le acompañaron otras dos llegadas antes del primer cuarto de hora, la más clara un cabezazo de Aduriz que se estrelló en el travesaño. Tremendamente serio y sin permitir fisuras en su entramado, el Athletic encontró premio a su superioridad con una triangulación magnífica que comandó Aduriz, sirvió Susaeta y culminó Muniain para resolver prácticamente la eliminatoria por la vía rápida.

Y sería prácticamente porque el persistente conjunto de Marinos Ouzounidis decidió no tirar la toalla y buscar insistentemente la meta de Herrerín con el objetivo de recortar distancias antes del descanso. A punto estuvo de lograrlo Chávez con un disparo cruzado que se topó con el poste para alivio de un conjunto vasco que permitió peligrosos acercamientos, para desesperación del 'Kuko' en la banda, en el tramo final de la primera parte.

Tras el entreacto reglamentario, el Athletic salió decidido a frenar el toma y daca con el que se había marchado el duelo a los vestuarios, avisado además de la amenaza al contragolpe que ya demostraron en la ida los helenos. Dicho lo cual, el partido pasó a entrar en una fase de tránsito que se desarrolló en el centro del campo, sin arriesgar lo más mínimo más allá de un descarado Iñigo Córdoba que se atrevió con todo.

El joven canterano bilbaíno ocupó la posición de Raúl García, quien fue baja de última hora por un proceso febril, y no lo pudo hacer mejor ante su afición. Tan solo le faltó el gol al descarado 28 rojiblanco en una segunda parte inmaculada en la que volvió locos una y otra vez a los laterales del Panathinaikos. Los cambios -en ambos equipos- dieron un soplo de aire fresco al Athletic, que pudo establecer la sentencia pero Aduriz no acertó mandando el esférico por encima del larguero.

Los leones eran conocedores de que su cuarta participación europea consecutiva estaba al alcance de su mano y decidieron que los últimos minutos en San Mamés se convirtieran en un mero trámite, iniciando la fiesta cuando la ciudad celebra precisamente la Semana Grande. Así, el conjunto bilbaíno dejó correr los minutos hasta que el árbitro pitó el final y, con ello, certificar su presencia en la fase de grupos de la Liga Europa.


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