El delantero de la selección de Francia Antoine Griezmann reconoció su decepción al marcharse de vacío de la final de la Eurocopa ante Portugal, donde no pudo aumentar su acierto goleador como Bota de Oro para impedir la derrota (1-0) "cruel" en la prórroga.
El ariete del Atlético de Madrid no encontró consuelo en el hecho de ser el máximo goleador, con seis goles, de una cita que se le escapó a la anfitriona en la final de Saint-Denis.
"Es cruel y magnífico al mismo tiempo. Hemos vivido grandes momentos y momentos muy tristes también. Debemos aprender. Pero esta noche lo dimos todo y no tenemos arrepentimientos. Estoy orgulloso de esta plantilla, muy orgulloso de todos. Ahora debemos volver con más fuerza", finalizó.
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