Unos minutos finales fatidicos evitan la victoria de Villarreal en Zurich

El Villarreal ha visto interrumpido su pase a los dieciseisavos de final de la Europa League en unos minutos postreros fatídicos ante el Zúrich (1-1) en la quinta jornada, después de obtener una corta ventaja con un testarazo de Bruno Soriano que permitió soñar a los locales, que encontraron su momento clave en un penalti que materializó Roberto Rodríguez.

El conjunto español hizo las maletas de vuelta a casa acordándose de las múltiples ocasiones erradas. Vanins se erigió en salvador de los suyos bajo palos para ampliar su participación en competición europea y avivó las pretensiones de un conjunto que en el descuento llegó a celebrar una remontada exprés que solamente encontró la oposición del cuerpo arbitral. La igualada coloca el Grupo L en una incógnita tremenda para la jornada definitiva, puesto que son tres equipos los que persiguen con seis puntos al líder, el Osmanlispor, con siete.

El Submarino partió con la bombilla encendida en la parcela ofensiva con un trío que desbordó destellos de calidad, pero que sufrió un apagón imprevisto en el momento menos oportuno. Pato, Bakambu y Cheryshev combinaron a sus anchas aprovechando que su rival, pese a contar con una plantilla conformada para la Segunda División suiza, no se escondió en ningún instante.

Las ocasiones de la terna no se hicieron esperar y Bakambu gozó de su primera toma de contacto con el portero rápidamente. No obstante, tras superar con velocidad a Vanins en el mano a mano, el congoleño no acertó a embocar puerta con escaso ángulo hacia portería. Los delanteros amarillos emprendieron una larga historia con el guardameta rival, puesto que le pusieron a prueba sin dejarle apenas respiro.

Seguidamente lo intentaron Pato y Cheryshev en unos minutos arrolladores de los castellonenses, pero el arquero del Zúrich le comió la tostada a los atacantes de todas las posturas posibles. No obstante, una de estas triangulaciones dio lugar a un saque de esquina desde el que Bruno sí encontró la llave de la portería contraria, picando el balón con la cabeza.

No se había superado siquiera el cuarto de hora de choque y el Villarreal había conseguido una renta que podría ser mayor, pero este ritmo no decreció y las ocasiones claras continuaron sucediéndose. También en la misma tónica siguieron dándose goles cantados de los españoles que incomprensiblemente no encontraron las redes.

Mientras, Koné se antojó en la única esperanza local de la primera mitad, protagonista de todas las jugadas de cierto peligro de los suyos. El jovencísimo senagalés mostró a sus 19 años un desparpajo poco habitual a su edad para incordiar a la defensa española cada vez que el balón pasaba por sus pies y su ímpetu acabó transmitiéndose a sus compañeros.

Por el otro área el guion no cambió su curso, y ni el caos dentro del rectángulo, ni el bombardeo de pelotas, ni los disparos a bocajarro lograron abrir la caja fuerte instaurada en pleno Letzigrund. El Zúrich salió con vida ante la amenaza de los de Fran Escribá y llegó al tramo final con la fe suficiente para pegar un arreón definitivo.

De esta forma, los suizos avisaron a Asenjo con un primer centro envenenado que se estrelló en la cruceta, impidiendo que los españoles se durmieran. La concesión de tantos perdones permitió que el cuadro local se viniera arriba a por el empate que interrumpiera el pase matemático del Villarreal a dieciseiavos y los peores presagios se acabaron confirmando.

De nuevo una conducción de Koné creó problemas. En esta ocasión, se vio frenado dentro del área a falta de tres minutos para el final en una acción que el colegiado consideró punible y el recién entrado Roberto Rodríguez no perdonó desde los once metros.

Pero el Zúrich no dijo su última palabra con el 1-1, insistió frente a un rival aturdido después de tirar tanto esfuerzo por la borda e incluso pudo firmar un asalto de película en la última jugada del partido. Y es que el choque tuvo su punto final con un saque de banda enviado directamente al área del 'Submarino', dando lugar a una jugada embarullada en la que tuvo lugar un tanto que, tras desatar la euforia de la grada, fue anulado por posición antirreglamentaria.

Con este desenlace, los de Escribá tuvieron un gatillazo que complica una clasificación cantada y que estuvo sellada hasta el 87. Sin embargo, la igualada de Rodríguez originó un triple empate en el Grupo L del que el Villarreal es el mayor beneficiado y que hace vislumbrar una última jornada de infarto en la que nadie ha dicho su última palabra.


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