El sueño olímpico de los españoles Feliciano López y David
Ferrer llegó a su fin este viernes, tras perder la semifinal de dobles de los
Juegos de Londres contra la pareja francesa formada por Michael Llodra y
Jo-Wilfried Tsonga por 2-1, en un prolongado encuentro que precisó de 33 juegos
en la última manga para decidir ganador y en el que el tándem español llegó a
desperdiciar cuatro bolas de partido.
La clave ha estado,
sobre todo, en el saque de un poderoso Tsonga que se vio favorecido por la
hierba de Wimbledon. Los franceses se mostraron muy agresivos a su salida a la
pista 1 del All England Tenis Club, con una seguridad que les permitió vencer
los primeros juegos sin apenas esfuerzo. El combinado español, por el
contrario, parecía más agarrotado, menos desenvuelto y tuvo que esperar hasta
el quinto para lograr arañar algún punto en el servicio de sus rivales.
El marcador
mostraba una contienda igualada, pero López y Ferrer tenían que luchar por
evitar el 'break', frente a sus rivales, que se mostraban intratables
sirviendo. Tsonga mandaba en la parte de atrás con golpes certeros que se
completaban con la precisión de la zurda de su compañero, que forzaba errores en
una pareja española que en los primeros lances no lograba encontrarse sobre la
pista.
Los franceses
dominaban con facilidad y se mostraban muy seguros arriba, si bien López fue
capaz de controlar su posición en la red para superar el noqueo inicial. La
clave, sin embargo, estuvo en el octavo juego, cuando las amenazas que
acechaban a López y Ferrer, quienes salvaban su servicio en mangas muy
igualadas, se materializaron con una gran actuación de Llodra. Con grandes
subidas a la red, acertó a colocar la pelota para que el alicantino la mandase
a la red y pusiese a los franceses dos juegos arriba, para servir para ganar el
set.
VUELCO EN EL
SEGUNDO SET
La fortuna les
parecía favorable y si a Llodra le salía todo, López y Ferrer veían cómo sus
apuestas más arriesgadas topaban con el muro galo, o errores de precisión. La
dinámica, sin embargo, dio un vuelco en el segundo set, en el que un inicio
titubeante fue resuelto con oficio para dar a la pareja española un control que
les permitió ir ganando en comodidad y minar la confianza de sus rivales.
El acierto en el
resto que Tsonga y Llodra habían mostrado en los primeros compases dio paso a
un disputado segundo set en el que los españoles recuperaron enteros
físicamente, frente a una pareja francesa cuya agilidad comenzó a flaquear. El
dominio unilateral pasó a ser cosa de dos, con juegos en los que cada bando
controlaba su servicio y los inicialmente dubitativos Ferrer y López pasaron a
animarse mutuamente con la convicción de que podían estar en la final.
Su perseverancia
obtuvo recompensa en el décimo juego, cuando con Tsonga al servicio, supieron
aprovechar su primer punto de 'break' del partido para hacerse con el set por 6
juegos a 4. La suerte estaba así echada en un encuentro en el que la hegemonía
del arranque francés se convirtió en una semifinal de pundonor y estrategia.
DISPUTADO TERCER
SET
La confianza de
haber igualado la contienda permitió a Ferrer y López empezar fuertes, tanto
que en el set definitivo consiguieron dos juegos seguidos. Sin embargo, cuando
se veían por delante en el marcador, un fallo de concentración llevó no sólo a
ver cómo la ventaja de 40 a
nada que disfrutaban acabase con Tsonga y Llodra rompiéndoles el servicio para
dejar nuevamente el set igualado.
El cambio de
escenario, tras verse más cerca del podio que nunca, provocó un bajón en en la
pareja española que permitió a los galos llevarse el juego en blanco. No
obstante, López y Ferrer tardaron poco en reaccionar y mostraron su
determinación de no rendirse devolviendo a los franceses el mismo resultado en
un quinto juego en el que Ferrer se mostró especialmente seguro con su saque.
Con cinco juegos
cada una, la igualdad estaba algo más que en el marcador, con mangas cada vez
más disputadas en las que, a pesar de todo, no llegaban los puntos de 'break',
puesto que ambas se centraban en no cometer errores en su saque.
Ferrer y López
llegaron a dominar a sus contrincantes con boleas acertadas y restos clave que
les dieron un juego en blanco ante el que, no obstante, enfrente supieron
reaccionar para mantener un empate que condenaba al tercer set a prolongarse
más allá del tiempo reglamentario.
JUEGO PSICOLÓGICO
El efecto
psicológico se dejó notar y la igualdad a siete llegó de la mano un notable
juego de los franceses, especialmente Tsonga, que impidió a los españoles
arañar un punto siquiera, en cumplimiento de un acuerdo tácito entre las dos
parejas que parecía tener por máxima evitar los errores con el servicio.
El cansancio, aún así, era evidente y las
victorias, más trabajadas. Cada juego era dominado con relativo control en el
saque de cada pareja, hasta que en el juego 22, con un 40 iguales, los
españoles lo tuvieron cerca, pero no supieron aprovechar la cuarta y última
bola de partido que Llodra les había puesto en bandeja al tirar la pelota
fuera.
Poco después, en
circunstancias parecidas los franceses no fallaron y aunque lograron romper el
servicio de los españoles, éstos consiguieron devolverles la afrenta con la
misma moneda en el juego siguiente en un partido que cada vez se parecía más a
un bucle en el que cada pareja repetía lo que la otra había hecho en el juego
anterior.
No obstante, en el
33, cuando un resto del número 6 del mundo rompió el servicio de los españoles,
los galos sabían que sólo cuatro puntos los separaban de podio olímpico. Pese a
errores que permitieron a Ferrer y López soñar con prolongar el encuentro,
finalmente Tsonga y Llodra no fallaron y se aseguraron el metal con su pase a
la final.
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