Un golazo de Beñat decide ante el Rapid Viena y da los primeros tres puntos al Athletic

El Athletic Club ha estrenado su casillero de victorias en la Europa League ante el Rapid de Viena (1-0) en la segunda jornada de competición, logrando un resultado que se quedó corto en un partido en el que los vascos dispusieron de ocasiones de todos los colores, aunque Beñat fue el único preciso en la finalización.

Los rojiblancos protagonizaron este jueves un monólogo en San Mamés del que finalmente sacaron una ventaja mínima que bastó para sumar una victoria que colocó el Grupo F con un cuádruple empate a tres puntos después del descalabro del Athletic en el debut contra el Sassuolo (3-0). En pleno dominio, Beñat se multiplicó para repartir balones, botar libres directos e incluso definir con un gol solitario que no reflejó lo suficiente la supremacía bilbaína.

En un choque en el que la figura de Herrerín bajo palos pasó totalmente desapercibida, los leones se adueñaron de la posesión desde el minuto uno para demostrar todo su repertorio ofensivo.

Los leones implantaron una presión muy alta que permitió que la mayoría del partido tuviera lugar en escasos metros. Con este dominio, Beñat se apoderó nuevamente de la batuta y se mostró con confianza, llegando a probar suerte incluso desde larga distancia, una faceta que luego imitó Raúl García para poner complicaciones al guardameta Strebinger.

Sin llegar a materializarse la superioridad inicial, el balón parado adquirió un papel fundamental en los planes de Ernesto Valverde, llegando a estrellar un testarazo al palo Yerai tras una falta lateral. El primer tanto de los bilbaínos se acercó, pero el Rapid resistió contra todo en los primeros 45 minutos.

De hecho, la primera parte concluyó con una jugada de película que terminó con gol anulado a Iñaki Williams. El atacante definió una acción en la que la decisión arbitral desconcertó a todos, puesto que anuló el tanto por fuera de juego para señalar una pena máxima que a la postre tampoco se lanzó, puesto que la infracción también estaba invalidada por la posición antirreglamentaria de Williams.

Tras reponerse en los vestuarios a la jugada extraña de la noche, el Athletic siguió bailando al son de Beñat y el centrocampista se vio recompensado haciendo el primero para su equipo enganchando un balón muerto en la frontal que hizo justicia por lo mostrado en el césped.

La renta se hizo esperar cerca de una hora e inmediatamente el Txingurri realizó un doble cambio para prevenir posibles sorpresas. San José y Muniain intentaron hacer respirar a los de Bilbao ante la necesidad de destaparse que se le presentó a los vieneses.

En consecuencia, en la última media hora los visitantes dieron sus primeras señales de vida en campo contrario, por lo que también se abrieron unos espacios inexistentes hasta entonces. Bajo este nuevo guion, el olfato goleador de Aduriz y la velocidad endiablada de Williams estuvieron a punto de poner la puntilla, pero se toparon con varias intervenciones salvadoras que impidieron que la fiesta en San Mamés fuera de mayor calibre.


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