El Atletico se sobrepone a un mal inicio y asalta Monaco con goles de Costa y

El Atlético de Madrid reaccionó a tiempo frente al AS Mónaco (1-2) para adjudicarse los tres primeros puntos en la Liga de Campeones, cuya final se jugará este año en el Wanda Metropolitano, gracias a los goles de Diego Costa y José María Giménez, que sirvieron para remontar el tanto inicial de los monegascos.

El equipo del Cholo Simeone resolvió el duelo con entereza, pero estuvo falto de autoridad en su primera victoria continental de la temporada. El Atlético despertó cuando tuvo que hacerlo, se puso por delante en el marcador, pero se conformó demasiado pronto ante un Mónaco que tampoco exigió lo que se esperaba.

Poco brillo y más eficacia. No son premisas que chirríen en la hoja de ruta de Simeone y este martes volvieron a dar resultado. Bien le vino a los colchoneros después de sus dos últimos tropiezos en Liga ante Celta y Eibar, el pasado sábado. Una victoria que no sólo rearma la idea rojiblanca, sino que sirve como un enorme balón de oxígeno.

El partido no arrancó de la mejor manera para un Atleti que vio cómo le birlaban un gol tras un remate de Godín a los dos minutos. El árbitro señaló falta de Giménez en el remate previo al uruguayo, pero las imágenes quitaron la razón al colegiado escocés. Para colmo, el Mónaco tomó ventaja en el marcador en una jugada que fue una sucesión de errores.

Apenas se había superado el cuarto de hora cuando una jugada de Falcao llegó a los pies de Grandsir -tras un error de Saúl en el control-. El francés metió la puntera para batir a Oblak en el corazón del área. A perro flaco todo son pulgas, debió pensar Simeone, recluido en el palco por la sanción europea que arrastra de la pasada temporada.

El Atlético se levantó pronto y lo hizo con el espíritu de "saber sufrir" que tanto le caracteriza. A la media hora llegó el empate de Diego Costa tras una acción de Koke -que alcanzó los 50 partidos en Champions- y Griezmann, que habilitó con una delicia al delantero de Lagarto. El pase del francés, avisado por Sergio Ramos ante los medios este martes, está solo al alcance de los grandes futbolistas.

Diego Costa, que llevaba dos años sin jugar con el Atleti en la máxima competición continental, volvió como se fue: besando la red del rival. Para tranquilidad de los colchoneros, el 1-2 llegó antes del descanso. En esta ocasión fue una de las especialidades del equipo madrileño, el balón parado, tras un cabezazo inapelable de Giménez.

El gol enterró a un Mónaco que no reaccionó en la segunda mitad. Fue extraño, pero los pupilos de Leonardo Jardim sólo sacaron la cabeza del hoyo en el tiempo de descuento. Ahí llegaron las mejores oportunidades con disparos de Mboula y algún acción de Falcao. El colombiano reclamó penalti mucho antes, pero el árbitro -que se llevó el silbato a la boca- decidió no señarlo.

El último gran susto lo firmó Glik con un cabezazo en el minuto 91, pero el marcador no cambió. El Atlético salió del Principado con una buena victoria, recordando cómo fue la fase de grupos del año pasado, y consciente de que este año, con el Metropolitano como aliciente, no se puede ni se debe fallar antes de tiempo.


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