Una superior Belgica vence a una España que cede el 1º puesto

La selección española ha encajado una dura derrota ante Bélgica (72-63) en la última jornada de la fase de grupos del Mundial de Tenerife, resultado que le hace ceder el primer puesto del Grupo C y le condena a un duelo de octavos ante Senegal que disputará este miércoles, aunque a cambio tiene la contrapartida de evitar a Estados Unidos hasta una hipotética final.

Las matemáticas eran claras: la victoria o cualquier derrota por un máximo de siete puntos clasificaba a España como primera. O visto de otra forma, Bélgica necesitaba ganar por ocho para arrebatarle el primer puesto. A falta de dos segundos, el combinado belga lo tenía en el bolsillo (70-61). A falta de un segundo, España lo recuperaba con dos tiros libres de Marta Xargay (70-62). Cuando sonó el pitido final, el premio era de Bélgica con una canasta sobre la bocina de Emma Meesseman. Ni las mentes más calenturientas de Hollywood diseñan finales así.

El partido, el quinto en un año entre ambas selecciones, empezó a todo ritmo y fue Alba Torrens, con ocho puntos en apenas siete minutos, la que mantuvo viva a España en el inicio. Era la única buena noticia, ya que Astou Ndour, que venía de ser la mejor ante Puerto Rico, cometía dos faltas muy pronto y Laura Gil, otro tanto. Dos de las torres de Lucas Mondelo quedaban limadas de inicio.

En el bando contrario, todo era buena noticias para las jugadoras de Philip Mestdagh, que salieron decidido a vengar la dura derrota en la semifinal del Eurobasket 2017 (68-52) y atacaron con una de las armas más añejas del baloncesto: la puerta atrás. Meesseman, MVP en la Final Four de la pasada Euroliga, disfrutaba como una niña abriendo sobres de cromos y en la mayoría encontraba lo que buscaba.

Antes, un triple de Anna Cruz había apretado el marcador al inicio del segundo cuarto (19-18, min.11) y España, errática en la circulación de balón, sobrevivía gracias a Marta Xargay y a Cristina Ouviña, una noche más convertida en el revulsivo de lujo para Mondelo.

Sin embargo, el ataque de Bélgica seguía fluyendo y un parcial de 7-0 le disparaba en el marcador a las puertas del soñado primer puesto (34-27, min.18). Con esa diferencia de siete puntos, la que mantenía a España en el primer puesto por los pelos, se llegaba al descanso. Partido nuevo en la segunda parte donde quien metiera más puntos sacaría billete a cuartos.

Y de nuevo fue Bélgica quien ingresó con más brío al parqué tras el paso por vestuarios. Como tocada por una varita mágica, Kim Mestdagh ametralló desde el perímetro para sumar 11 puntos ella sola en el tercer cuarto y oscurecer cada vez más el panorama de la anfitriona. Ajenas a la presión cada vez más intensa del Santiago Martín Arena, las belgas alcanzaban una máxima renta de 17 (61-44, min.30) y se acercaban cada vez más a la machada.

Cumpliendo la teoría de los vasos comunicantes, las malas noticias tenían color rojigualda. Ndour cometía la tercera y cuando parecía arrancar con dos canastas seguidas, en el peor momento posible hizo la cuarta. Cuando aún faltaban 17 minutos, España apenas podría contar ya con la africana. Luego vinieron ataques precipitados. Nervios. Antideportiva a Anna Cruz por protestar.

A falta del último cuarto, la losa era de 15 puntos (61-46) y España tenía que recortar ocho para retener el primer puesto. Quedaba claro que la vía emocional era la única posible hacia la remontada y el pabellón así lo entendió, elevando a las jugadoras españolas hacia el objetivo.

Con la garra de Laura Nicholls como principal instrumento, España fue erosionando la desventaja y soñando poco a poco con la remontada. Se situó a 10 puntos a falta de 1:36, a 8 a falta de 1:04. La tuvo Palau, la tuvo Nicholls, ambas fallaron mientras Torrens, la mejor del equipo, lo veía todo desde el banquillo. A falta de ocho segundos, España disponía de la última posesión, Xargay fue objeto de falta y metió los dos tiros libres para dejar el primer puesto muy cerca (70-63).

Sin embargo, tras un tiempo muerto, Bélgica sacó en campo contrario y sacó el máximo provecho con 1,1 por jugar. La enésima puerta atrás dejó vía libre a Meesseman para anotar a placer y enmudecer en un silencio sepulcral a la afición española.


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