El partido tuvo un amanecer sorprendente. Corría el minuto 1 y Lunati señaló un golpe franco en la izquierda del ataque de River, muy alejado del marco de Boca. Lo botó Ponzio hacia el primer palo, esperando el toque de algún atacante 'millonario'. No llegó ninguno y tampoco Orión, que se convirtió en invisible y acabó dando un muletazo a la pelota camino de su marco. Un error grueso que marcó el partido. Tanto como las dos lesiones graves que sufrió River antes del primer cuarto de hora.
La ventaja y las salidas de Ramiro Funes Mori y Aguirre, lesionados, le volvieron conservador ante un adversario sin demasiada respuesta. Al mando de Leo Ponzio, River mantuvo su ventaja con cierta comodidad, sin crear peligro pero sin sufrir agobios. Antes del descanso, Boca sólo inquietó en un cabezazo de Viatri que detuvo Barovero y en un remate fallido de Silva. Poca cosa para enjugar su desventaja.
En el descanso, Lunati expulsó a Falcioni y entró Lautaro Acosta por Clemente Rodríguez, un cambio valiente que tuvo un cierto efecto. Boca comenzó a vivir en el campo de River, aunque la mejor ocasión en los primeros minutos fue 'millonaria', con un cabezazo desviado de González Pírez.
Con Boca presionando, River encontró el segundo gol, en una gran apertura de Trezeguet, un pase profundo de Carlos Sánchez y una perfecta definición de Mora, tras burlar a Orión. Entonces el encuentro se descosió, y más tras el descomunal penalti de González Pírez sobre Lautaro Acosta, transformado por Silva. En la ida y vuelta estuvo más cerca de marcar River, especialmente en un remate seco de Mora, rechazado por Orión, pero en el descuento Erviti se encontró frente a Barovero tras un pase de pecho de Silva y no perdonó.
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