Olympiakos asalta el Buesa Arena de la mano de Spanoulis ante un buen Baskonia

Baskonia Vitoria Gasteiz ha sido incapaz de aguantar el ritmo de un partido de intensidad altísima frente al Olympiacos Piraeus (90-95) en la cuarta jornada de la Euroliga, después de firmar un bonito enfrentamiento en el que la puntería comenzó a fallar en el tramo decisivo para que los griegos adquirieron una distancia vital que tuvo su puntilla en un 3+1 de Green restando escasos segundos.

Larkin desplegó todo su repertorio de asistencias, Shengelia hizo de Bargnani bajo el aro y todo el equipo sudó de lo lindo para acabar con la potencia helena, pero no fue suficiente. La muñeca de los rojiblancos se puso a tono para aguantar el tipo a base de triples y en ningún momento bajo el pistón en un encuentro igualado y acabó aprovechando la falta de gasolina de los de Vitoria después de semejante esfuerzo.

Los locales quisieron llevar el encuentro a un duelo de rápidas punzadas entre ambos, pretendiendo convertir el choque en un correcalles, pero nadie consiguió lograr un colchón destacable. Con Spanoulis bien atado por una zaga muy intensa, Papanikolau y Mantzaris se vieron obligados a salir a escena desde la línea de tres para que el cuadro heleno resistiese. Pese a iniciar con un sólo triple anotado de los seis primeros, la igualada fue máxima.


Por su parte, Baskonia afrontó su tercer encuentro consecutivo sin Bargnani, por lo que fue Blazic quien, después de cerrar la victoria de este martes en casa del Real Madrid, siguió dando un paso al frente para intentar ser decisivo.

Shengelia logró hacerse fuerte en la pintura mientras Blazic y Larkin hicieron y deshicieron a sus anchas para ilusionar a la grada, pero los de Sito Alonso necesitaban algo más. Sin embargo, la férrea zaga baskonista, pese a obligar a los helenos a lanzar desde posiciones inverosímiles, dejó señalado de forma muy rápida a Rafa Luz, que se adjudicó cuatro faltas personales en apenas 12 minutos.

Dos de los cocos de Europa evidenciaron un encuentro de élite en el que el 52-50 al descanso fue una muestra clara del alto ritmo impuesto. Por primera vez en la temporada, Beaubois se vistió la zamarra vitoriana para jugar sus primeros minutos oficiales y dejar buenas sensaciones sobre la pista.

A pesar del enorme desgaste plasmado en la cancha y del excelso estado de forma de Larkin, que impuso su criterio para contabilizar un total de 11 asistencias, la reanudación resultó preocupante para los locales. Olympiacos no sólo aguantó el tipo, sino que también mostró su mejor cara en ataque cuando Spanoulis fue cogiendo peso de forma progresiva.

Después del arranque poco efectivo, los de Ioannis Sfairopoulos ofrecieron unas lecciones de tiros de tres puntos en el Buesa Arena, consiguiendo alcanzar su mayor renta a favor entrados en el cuarto definitivo (+8). Los vitorianos necesitaron remar con todo para apurar sus opciones después del partidazo firmado y la ansiedad por anotar se transformó en precipitación en el peor tramo posible. La pelota no quiso entrar en los últimos minutos y, tras ponerse a tiro en los últimos segundos, se encontró con el mazazo de Green.

A pesar de la dura imposición zaguera que predominó en Baskonia, el estadounidense silenció el pabellón con un 3+1 que colocó el encuentro en una distancia de 7 puntos favorable a los rojiblancos, insalvables para evitar que Olympiacos volviera a ser el primer equipo en salir premiado del feudo vitoriano.

De este modo, los hombres de Sito Alonso cuentan sus partidos continentales con el mismo número de derrotas que de victorias (2). Por su parte, el conjunto griego no suelta las plazas de privilegio que dan acceso a los cuartos de final con tres triunfos en su haber.


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