Rusia no pudo empezar con mejor pie los Juegos Olímpicos.
Mostrando un gran nivel de baloncesto, con dos jugadores (Alexey Shved y Andrei
Kirilenko) rindiendo a un nivel estelar y pasando por encima de la selección
anfitriona (95-75), una Gran Bretaña con ganas de gustar. El triunfo ruso deja
al conjunto de David Blatt como líder del Grupo B tras la primera jornada
gracias a sus 20 puntos de ventaja.
Gran Bretaña había empezado muy fuerte, con un ritmo muy
rápido y tiros a los pocos segundos de posesión, que le empezaron dando sus
frutos (7-11). Aunque los rusos contrarrestaron rápidamente con dos triples
consecutivos (Khryapa y Shved). El enérgico juego de los locales –sin aparente
miedo a cometer errores– desconcertaba a un conjunto ruso habitualmente serio
que estaba cometiendo más pérdidas de las habituales.
Rusia se distanciaba por 11 puntos a mitad del segundo
cuarto (36-25), con los británicos inmersos en un absoluto colapso mental
ofensivo y los euroasiáticos con sus automatismos a máximo nivel de eficiencia
e, incluso, gustándose, corriendo la pista con un Kirilenko resolutivo. El
parcial de 8-0 (38-25) a favor de los de Blatt se veía baloncestísticamente
reforzado por un juego vistoso.
La diferencia en el paso por vestuarios (49-34) daba buena
cuenta del gran nivel mostrado por los rusos, ante un conjunto británico que,
si bien acusa los problemas del final de la preparación (con un puñado de
jugadores lesionados), se mostraba lejano en cuanto a capacidad y
funcionamiento grupal.
Entre Mensah-Bonsu y Deng, los británicos encontraban la
fórmula para que Gran Bretaña se mantuviera en el partido, aunque Rusia nunca
daba el suficiente margen como para dejar creer en la victoria. Ya fuese con el
trabajo de Kirilenko o con el desparpajo anotador de Shved –o con la
combinación de ambos–, Rusia terminaba jugando cómoda (62-46, min. 25).
Y eso que los esfuerzos de Deng eran fructíferos. Con 12
puntos en el tercer periodo, volvió a colocar a los suyos a 10 tantos (66-56),
pero Rusia alternaba algún error con jugadas de altísimo nivel, que enterraban
una y otra vez las esperanzas del público londinense. Las 10 asistencias de
Shved eran una buena muestra de lo capaz que se mostraba el conjunto de Blatt
de trenzar fáciles acciones ofensivas, ante un conjunto británico débil.
Y, hablando de estrellas, Deng repetía ataque a ataque sus
acciones para tratar de acercar a los suyos en el marcador. Y, pese a al
término del tercer cuarto ya sumaba 22 puntos (en 22 tiros lanzados), Gran
Bretaña seguía por debajo (71-58). Terminaría con 26 tantos (en 27 tiros), 7
rebotes y 3 asistencias.
Pero poco hay que hacer cuando dos genios de tan distinta
naturaleza como Shved y Kirilenko ponen todas sus condiciones a disposición de
un poco común show ruso. Por separado, sus números son de escándalo. 35 puntos
(14/17 en tiros de campo), 4 rebotes, 2 robos, 1 asistencia y 3 tapones para el
alero; 16 puntos, 13 asistencias, 6 rebotes y 3 robos para el base. En
conjunto, el resultado es mucho mayor, pues añade una bellísima conexión,
plagada de alley-oops, velocidad y despliegue de talento y control sobre el
parqué del Basketball Arena londinense. Si a eso se une la efectividad de
Vitaly Fridzon, el resultado es un ataque ruso por momentos demoledor.
En el último periodo, Gran Bretaña pareció dejar de
intentarlo, y Rusia se fue hasta la veintena de puntos de ventaja, dejando
completamente finiquitado un partido de total dominio ruso (95-75), que
empiezan el campeonato a muy buen nivel.
El próximo partido de Rusia será frente a China y Gran Bretaña se enfrentará a la Selección Brasileña.
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